- Pescado y Marisco Gallego de Calidad
Menú
Cigala: Nephrops norvegicus
La cigala es un crustáceo decápodo macruro de la familia Nephropidae. Posee un exoesqueleto y su cuerpo está formado por una serie de segmentos. La cigala posee cefalotórax y un caparazón calcáreo y calcificado que se une al tórax formando una cámara protectora para las branquias. Como decápodo, tiene diez patas, ocho de ellas en el tórax, estando cinco de ellas dedicadas al movimiento. No es nadador como la gamba o el langostino, sino andador como el bogavante o la langosta.
La cigala gallega podrías estar de vuelta nuevamente en los mercados si se confirmase la recuperación de la pesquería en nuestra comunidad. Los informes de los asesores científicos y los del Consejo Internacional para la Explotación del mar (ICES) recomendaron la aplicación de capturas cero hasta el año 2022. Hasta ahora los datos que maneja el ICES no son concluyentes, pero todo indica que podríamos estar ante una nueva veda, ya que los estudios disponibles indican que el stock todavía está a niveles muy bajos.
La única cigala que encontraremos en los mercados procedente de nuestras costas será muy cotizada, ya que la cantidad permitida por Bruselas para la flota española es mínima y solo podrá capturarse desde Cudillero a San Sebastián. Un crustáceo muy valorado que aporta unos ingresos superiores a los 16 millones de euros, afectando enormemente a puertos como el de A Coruña, Burela, Celeiro, Marín, Ribeira y Vigo, que verán sus lonjas vacías de este característico crustáceo de origen gallego, debiendo conformarse con el procedente de las costas cántabra, francesa, escocesa e irlandesa.
La cigala es un crustáceo decápodo braquiuro de la familia Nephropidae, su nombre científico es Nephrops norvegicus, del griego “nephrós-ops” (riñón-ojo), debido a la característica forma de sus ojos reniformes y del latín “norvegicus”, de Noruega. Se trata de un crustáceo comestible de tamaño mediano que tiene una alta cotización en los mercados debido a las características organolépticas de su carne, compacta y con un suave y característico sabor.
La cigala, la gamba y el langostino son crustáceos que pueden generar cierta confusión por su parecido, aunque está claro que gambas y cigalas se diferencian principalmente por las pinzas que éstas últimas poseen.
La confusión puede deberse al nombre que emplean en otros países para denominar a estos crustáceos braquiuros, por ejemplo, en Francia o Gran Bretaña no hacen grandes distinciones al referirse a estas especies, siendo el nombre inglés de la cigala “norway lobster” (langosta noruega) y en Francia denominan de igual modo a langostinos y gambas (crevette); aunque también puede deberse a ser especies con cierta similitud morfológica.
El denominador común de estas especies es que pertenecen a los crustáceos decápodos marinos y poseen un tamaño similar, además de ser muy apreciados en cocina, aunque con diferencias morfológicas y organolépticas que vamos a desgranar en este artículo. ¡Vamos a conocer a la cigala!
La cigala posee un cuerpo alargado de color rosa pálido, con manchas rojo-anaranjadas que se acentúan en la parte anterior del cefalotórax y en las pinzas. El cuerpo de la cigala se divide en cefalotórax (cabeza y tórax) y abdomen. El cefalotórax suele medir entre 22 y 45 mm, y está cubierto por un caparazón cilíndrico que posee pequeñas y afiladas espinas, en su extremo anterior se sitúa un rostro bien desarrollado. El rostro de la cigala es alargado y delgado, posee dos ojos grandes y negros de forma arriñonada de los que obtiene su nombre, el borde distal está curvado hacia arriba y posee tres o cuatros espinas en sus bordes laterales, así como uno o dos dientes en el borde ventral.
La cabeza está dividida en 5 segmentos denominados metámeros, y el tórax en 8. Los dos primeros apéndices que encontramos en la cabeza son las anténulas y antenas, y tienen función sensorial; los tres siguientes son las mandíbulas, maxílulas y maxilas cuya función es alimenticia. Le siguen los apéndices torácicos, estando los tres primeros pares modificados como apéndices bucales y los cinco restantes se emplean en labores de defensa, depredación y alimentación, los tres primeros, y los dos últimos para la locomoción.
La característica que mejor identifica a las cigalas es el cuarto par de apéndices del tórax, que se caracteriza por presentar un par de patas largas y espinosas en cuyo extremo se sitúan unas pinzas, siendo una más fuerte que la otra y provista de un diente molar que emplea para romper conchas o caparazones de otros crustáceos, la pinza de menor tamaño es más delgada y tiene una función cortadora, con ella maneja y corta el alimento con gran precisión. Los dos siguientes pares de apéndices también terminan en forma de pinza, pero son de menor tamaño, y los dos últimos terminan en forma de uña, siendo muy similares entre sí.
Los orificios sexuales de los machos de cigala se encuentran situados en la coxa del último par de patas, situándose en el tercer par en el caso de las hembras.
El abdomen de la cigala es grande y proporcionado, dividido en seis segmentos, con un par de apéndices cada uno, que normalmente aparecen curvados sobre sí mismos. El último apéndice abdominal se une con el telson, que tiene forma de abanico y emplea para la natación.
Las cigalas son una especie dioica, es decir, poseen sexos diferenciados. La cópula se produce cuando el macho está en intermuda, con el caparazón duro, y la hembra tiene el caparazón aún blando, recién mudada. La hembra conserva el esperma en la cavidad seminal que posee en el interior de su cefalotórax a la espera de emplearlo para fertilizar los huevos. Una vez que los huevos han sido fertilizados se produce la puesta y éstos permanecen adheridos a los pleópodos que la hembra posee en su abdomen.
La cantidad de huevos varía en función de la talla de los ejemplares, una hembra puede llegar a poner entre 500 y 5.000 huevos. La puesta se produce entre los meses de junio y julio, la hembra permanecerá oculta en el interior de su madriguera la mayor parte del tiempo, hasta el momento de la eclosión. La temperatura del agua durante la incubación determinará la eclosión de los huevos, siendo la duración entre 5 y 10 meses.
Una vez producida la eclosión de los huevos, la hembra mudará su caparazón debido al desgaste producido durante la incubación y el cuidado de los mismos, comenzando así un nuevo ciclo reproductor antes del endurecimiento del exoesqueleto.
Las larvas de cigala se mantienen con su madre durante un tiempo, después la cigala coloca las larvas en la columna de agua situada sobre el sustrato en el que habita para dar paso a su independencia y desarrollo larvario formando parten del placton marino, donde nadarán libremente hasta que se posen sobre el sustrato, convirtiéndose en individuos bentónicos y comenzando su paso a individuos adultos.
Las cigalas son una especie de crecimiento lento con una elevada longevidad que alcanza la madurez sexual a los cinco años, llegando a vivir entre 10 y 15 años. Su tamaño mínimo de captura es de 7 cm, pudiendo alcanzar los 24 cm de longitud total. El crecimiento se produce mediante la muda de su exoesqueleto, siendo el número de mudas anual mayor en individuos juveniles, cuatro al año, que en adultos, una.
La cigala se encuentra distribuida desde las costas de Islandia hasta Marruecos, en el Atlántico oriental, así como en el mar Mediterráneo y el Adriático, en profundidades de entre 20 y 800 m. Esta especie bentónica escoge sustratos finos y de fangos adherentes en los que construye madrigueras en las que guarecerse, sobretodo en la época reproductiva.
Las poblaciones se distribuirán en función de la composición del sustrato, precisando fondos de fango consistente que impidan el colapso de las madrigueras, en las que pueden llegar a vivir varios individuos.
El hábitat de la cigala marcará los ritmos de actividad diaria, estando relacionado con la intensidad lumínica que las cigalas necesitan para obtener el alimento cuando salen de sus madrigueras, siendo las horas de más luz las de mayor actividad para las cigalas del talud continental y las de menos luz para las de la plataforma.
La cigala es un depredador solitario y nocturno, suele alimentarse al atardecer saliendo de su madriguera en busca de otros crustáceos bentónicos y suprabentónicos, moluscos y poliquetos, así como carroña sedimentada en el fondo, ejerciendo un importante papel en la limpieza del sustrato bentónico.
Se han dado casos de canibalismo entre las cigalas, que no dudan en darse un manjar con especímenes de su propia especie cuando éstos se ponen a tiro, sobretodo en situaciones de hacinamiento o falta de alimento.
La cigala es un crustáceo que posee un gran valor comercial, su pesca se realiza principalmente con artes de arrastre de fondo realizado por arrastreros, existiendo también una captura menos representativa mediante nasas y trampas.
La mayor parte de las cigalas que aparecen en nuestra comunidad no son de origen gallego debido a que la pesquería de cigalas gallegas está muy mermada, por lo que se ha establecido una veda de larga duración por parte de la Administración que tiene por objeto la protección y recuperación de esta especie, que ha visto como su población ha disminuido drásticamente. Por este motivo raramente podemos encontrar este crustáceos en nuestras Lonjas, la mayor parte proceden de las pesquerías de Escocia e Irlanda (FAO 27), donde la veda no les ha afectado y pueden seguir suminstrando este demandado crustáceo.
Las cigalas son transportadas con un sistema de fajas individuales hasta nuestras instalaciones, impidiendo los ataques entre ejemplares y la muerte, por lo que podemos garantizar la máxima frescura y calidad en el producto. Si quieres comprar cigala no dudes en preguntar en nuestra pescadería online Coyomar, te indicaremos la disponibilidad y el origen para que puedas conocer, sin engaños, qué producto estás consumiendo.
La talla mínima de captura está establecida en 7 cm de talla total, desde el rostro hasta la cola, con una longitud de cefalotórax mínimo de 2 cm. Este tamaño de cigala es el conocido como “cigala grillo”, siendo la denominación de los ejemplares más grandes la “cigala de tronco”, la cual puede llegar a alcanzar más de 20 cm.
Las cigalas comercializadas por la pescadería online de Coyomar se clasifican en cuatro tamaños diferentes:
Existen especies similares como son la cigala del Pacífico (Nephropsis occidentalis) que se encuentra distribuida por las costas del Pacífico este, desde México hasta Chile, y la cigala escarlata (Nephopsis atlantica) que se distribuye en el este del océano Atlántico, desde las Islas Feroe hasta la costa de Namibia. La cigalita (Upogebia pusilla) es una especie con cierto parecido morfológico, aunque su coloración es más verdosa y su tamaño menor, con una carne de menor calidad que la cigala tradicional.
En el mercado también podrás encontrar un producto de calidad que lamentablemente tu pescadería online Coyomar no podrá suministrarte, nos referimos a la obra de Diego “el cigala”, un cantaor flamenco cuyo apodo obtuvo de los guitarristas hermanos Losada.
La cigala es un crustáceo que podemos encontrar en el mercado todo el año procedente de los caladeros de Escocia e Irlanda, un alimento sano y con pocas calorías que aportará a nuestro organismo múltiples beneficios, tanto organolépticos como nutricionales. La mejor temporada para consumir cigalas se encuentra entre los meses de mayo a julio y en las fechas navideñas, donde sus ventas se disparan.
A la hora de comprar cigalas es mejor ponerse en manos de tu pescadería de confianza, en la pescadería online Coyomar te garantizamos que el producto que estás adquiriendo es de gran calidad. El marisco es un alimento con una vida útil muy limitada, su carácter perecedero hace que debamos tener en cuenta una serie de consejos a la hora de llevarlo a nuestros hogares.
En primer lugar debes desconfiar de los bajos precios, puedes consultar el rango de precios que suele tener la cigala, si el que te ofrecen es demasiado diferente, desconfía de la calidad de ese producto. El olor de la cigala fresca es el mejor indicativo de salud, su olor debe ser fresco, olor a mar, el color es otro indicativo de frescura, una cigala fresca es de color rosado o rosado anaranjado, con el caparazón brillante y la zona ventral transparente y reluciente; la cigala congelada presenta una coloración mate, sin brillo. El color de su cefalotórax es muy importante, presta especial atención a su coloración y no aceptes cigalas con la cabeza o la unión de la cabeza y el cuerpo ennegrecida, además ésta unión debe ser firme, impidiendo que se separen las partes del cuerpo.
Muchas veces te habrás encontrado con cigalas con una estupenda apariencia exterior pero cuando vas a comerlas están vacías, esto se debe al consumo de las reservas energéticas por parte de la cigala, concretamente un polisacárido, el glucógeno, que se almacena en el hígado de los animales y en menor medida en su músculo.
La cigala es uno de los crustáceos que aporta menos calorías por su bajo contenido en grasas, solo un 1’4%, de las que su mayor representación son los ácidos grasos poliinsaturados Omega-3 y Linoleico. Las proteínas son el principal nutriente, con un 20%, las cuales aportarán a nuestro organismo los aminoácidos esenciales necesarios para el buen funcionamiento del mismo. El contenido en colesterol es de 200 mg por cada 100 gr de producto, por lo que no se recomienda el consumo en aquellas personas que padezcan colesterolemia o deban controlar su contenido en los alimentos.
Los minerales que destacan en su composición son el selenio, el yodo, el fósforo, calcio, zinc y magnesio. Superando una porción comestible de este crustáceo la cantidad fijada como ingesta recomendada de selenio, que ayudará a la formación de anticuerpos y combatirá los radicales libres que provocan el envejecimiento celular. El yodo asegurará el correcto funcionamiento de las glándulas tiroides y la producción de hormonas que regulan funciones metabólicas necesarias para la maduración del sistema nervioso o el desarrollo de los tejidos y el crecimiento.
Las vitaminas predominantes en la cigala son las vitaminas del grupo B, concretamente la B12, cobalamina, que favorece el funcionamiento del sistema nervioso y del cerebro, y la B3 o niacina, necesaria para llevar a cabo procesos metabólicos esenciales para que las células tengan suficiente energía, se encargan de la restauración de ADN, la síntesis de hormonas y colabora en el funcionamiento del sistema nervioso.
La porción comestible es de 47 gr por cada 100gr de producto fresco. La cantidad recomendada para este tipo de mariscos es de entre 200-300 gr por persona. Una cigala grande puede llegar a pesar entre 100 y 150 gr y las cigalas medianas entre los 50 y los 100gr, entrando entre 15 y 20 cigalas medianas en un kilo.
La cigala es uno de los crustáceos que aporta menos calorías por su bajo contenido en grasas, un delicioso crustáceo que podemos incluir entre las 3 o 4 raciones semanales de pescados y mariscos recomendadas por la Organización Mundial de la Salud para una alimentación variada y saludable.
La cigala es un excelente alimento que ofrece una gran versatilidad en cocina, su elaboración más conocida son las cigalas cocidas donde podrás disfrutar de una textura única que acompaña a un sabor suave y delicado. En nuestra sección de recetas puedes aprender a cocer cigalas de forma fácil y disfrutar en tu casa de este delicioso marisco recién hecho.
Las cigalas a la plancha son otra de las recetas más apreciadas por los comensales, la plancha potencia el sabor de este crustáceo y lo anima a acompañarse de salsas frescas como una vinagreta, una salsa rosa o una salsa tártara. Esta elaboración puede tener variantes como las cigalas a la sartén o las cigalas al horno donde también podrás disfrutar de un delicioso sabor.
Los platos con salsas están muy indicados para acompañar a las cigalas, en el recetario universal existen múltiples salsas con las que podrás disfrutar de sabores distintos, unas cigalas al coñac o unas cigalas flambeadas con salsa de lima pueden ser un ejemplo.
Las cigalas son ideales para platos más elaborados donde su sabor será un magnífico aliciente. Una crema de cigalas es un primer plato ideal con el que deleitar a tus comensales, una paella no será lo mismo sin sus cigalas, siendo un complemento perfecto en arroces y pastas, como un arroz caldoso de cigalas o espagueti con cigalas. Múltiples recetas para disfrutar de este delicioso crustáceo que encuentra en la cocina contemporánea un gran aliado donde deslumbrar con su sabor, un ceviche de cigalas o un tartar de cigalas darán frescura y originalidad a tu mesa.
En Coyomar podrás comprar la cigala viva, con la mayor frescura y calidad, ya que solo adquirimos los productos el día previo a su envío. Durante el transporte puede producirse la muerte de algún ejemplar, pero te garantizamos el mejor producto del mercado. La etiqueta es la prueba de calidad de nuestros productos, donde podrás comprobar la procedencia y la fecha de captura.
En la pescadería online Coyomar puedes encontrar la cigala de máxima calidad desde solo 55€/kg, en el caso de la cigala pequeña, hasta los 99€/kg de la cigala extra. Un producto con un sabor y una textura sin igual, un alimento sano que no debe falta en tu cocina.
En nuestra página web puedes consultar cómo cocer cigalas de forma fácil para disfrutar de todo su sabor y textura. Si lo deseas, puedes adquirir la cigala cocida en nuestras instalaciones, lista para consumir, o podrás congelarla y consumirla más adelante ya que los embalajes que empleamos son aptos para congelación.
En la pescadería online de Coyomar trabajamos para ofrecer a nuestros clientes solo los productos más frescos y de mayor calidad. Las cigalas que adquieres a través de nuestra web son seleccionados el día de su pedido y enviados en 24 horas, para que puedas disfrutar de los productos más frescos del mercado. Si escoges el pedido aplazado en el tiempo, serán seleccionadas el día previo al envío. No trabajamos con stock de productos, los compramos bajo pedido. ¡Nuestros clientes solo se merecen lo mejor, nuestros clientes se merecen Coyomar!
Productos
